El rostro y el cuello son dos de las partes del cuerpo donde más se evidencian los efectos del paso del tiempo. Para muchas personas esto puede convertirse en una fuente de complejos y problemas de autoestima. En estos casos, la cirugía estética antienvejecimiento es una buena solución para mitigar los signos de la edad, mejorar el aspecto facial y recuperar la confianza en uno mismo.

Una de las primeras muestras del envejecimiento del rostro es la pérdida de firmeza de las mejillas. Cuando estas empiezan a caer provocan la aparición de otros signos que acentúan el aspecto envejecido del rostro, como por ejemplo, bolsas en los párpados inferiores, surcos o arrugas de expresión que se extienden de la nariz a la boca y bolsas en la parte baja de la cara que sobresalen del reborde de la mandíbula.

No obstante, es posible corregir las consecuencias del envejecimiento prematuro del rostro con las técnicas actuales de cirugía estética que se centran en el despegamiento, elevación y suspensión de todos los tejidos de la cara.

Con la cirugía facial antienvejecimiento se consigue tensar no sólo la piel, como en el lifting de cara, sino también el sistema músculo aponeurótico superficial, es decir, la membrana que recubre los músculos faciales. La intervención favorece la elevación de las mejillas y, en consecuencia, el volumen de los pómulos, dando un aire de juventud y vitalidad. Una de las grandes ventajas de este tipo de cirugía es que se realiza con los propios tejidos, sin necesidad de prótesis, injertos, implantes de sustancias ajenas o sintéticas; y no deja cicatrices visibles.

La intervención es muy técnica, pero mucho más segura, rápida y económica que un lifting de cara. Se puede realizar con anestesia general o con anestesia local y sedación, y sólo es necesario pasar unas horas en el hospital de día o una noche en la clínica. Si tienes cualquier duda sobre la cirugía estética antienvejecimiento, no dudes en ponerte en contacto con el Dr. José Luis Martínez Rivas y su equipo.